¿Cómo se pelan las pipas peladas y por qué debemos incluirlas en nuestra dieta?
Porque son pequeñas píldoras cargadas de nutrientes muy saludables y energía que componen un excelente defensor contra el riesgo de enfermedades cardiovasculares y elenvejecimiento.
Por otra parte, una pipa pelada no necesita ser pelada. Verdad de Perogrullo, sí, pero todos sabemos que las semillas de girasol (‘pipas’, para los amigos) vienen con cáscara y que, de hecho, uno de los grandes placeres de comerlas reside en el ritual de pelarlas. Con las manos o con los dientes, pasamos más tiempo quitándoles la cáscara que saboreándolas, pero si las queremos para cocinar, las compramos peladas. ¿Quién hace, entonces, el trabajo sucio por nosotros? Ni un chimpancé mañoso ni una ancianita al sol: es una máquina quien se encarga.
Lo primero que se hace es secar las semillas, lo que hace que la mayoría de las cáscaras se abran solas. A continuación se introducen en un tostador que las seca mediante aire caliente, y luego se aplica un chorro de aire a presión que separa el núcleo de la cáscara. Entonces, otra turbina de aire separa ambas partes, aprovechando la diferencia de peso entre ambas: las cáscaras (que pesan menos) son absorbidas, y las pipas quedan en una cubeta. Finalmente, se aplica una criba por tamaño para quitar a las ‘despistadas’ sin pelar que se hayan colado. Después de esto, lo de embolsarlas y distribuirlas es pan comido.
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